
CAN FATJÓ
: UN PROYECTO SÓLIDO
La
historia de este club es breve pero muy intensa.
El
club fue constituido oficialmente en septiembre de 2004, aunque el comienzo
del proyecto empezó en Marzo de dicho año.
La
idea de creación de este club surgió de Francisco Pérez (antiguo jugador del
T.T Ateneu la flor de Maig). Después de varias temporadas de inactividad
empezó a sentir de nuevo el “mono” de practicar este deporte, y propuso la
creación de un club a Isaac Ferreira (también ex jugador de T.T Ateneu la
flor de Maig), que también llevaba algunas temporadas inactivo y rápidamente
se interesó en el proyecto presentado: sencillo y sin ningún tipo de
ambición especial mas que la de reunir a un pequeño grupo de gente que
estuviera interesada en practicar el tenis de mesa y, sobre todo, que antes
que los objetivos deportivos ( sin olvidarse de ellos por supuesto) hubiese
un buen ambiente.
Pero
con dos miembros no se hace un equipo, así que el proyecto también fue
propuesto a Jorge Blanco, que sin tenerlo claro de entrada, con paciencia y
persuasión se acabó volcando en él.
Paralelamente, mientras el proyecto empezaba a tomar forma se comenzó a
buscar un local que reuniese unas características mínimas para la práctica
de este deporte, con un coste razonable y en una ubicación que mas o menos
fuera cómoda para los tres miembros iniciales del club. Esas características
eran las que reunían las instalaciones de la asociación de vecinos de Can
Fatjó, actualmente es la sede del T.T Can Fatjó,
Lo
más difícil del proyecto ya estaba en marcha. Ahora venía la parte costosa,
entre los tres socios intentaron buscar algún tipo de patrocinio o
colaboración que fue denegada y tuvieron que hacer frente a la compra del
material necesario pagado íntegramente de su bolsillo.
Durante unos cuantos meses se dedicaron
ha entrenar entre ellos y el primer problema llegó a la hora de federarse;
por normativa la federación exige un mínimo de cuatro jugadores para poder
ser inscritos en competición y ellos sólo eran tres; así que comenzaron una
rápida búsqueda de alguien mas interesado en competir con ellos. Pero no
daban con nadie interesado, así que decidieron buscar a una persona que
cediese el nombre para poder ser inscritos en la competición oficial ( hecha
la ley, hecha la trampa), y después de habérselo propuesto a varias personas
fue Saul Ferreira quien se animó y pasó a ser el cuarto miembro del club.
Durante varios meses la tónica del equipo fue la falta de entreno y las
habituales derrotas por 4-3 (hasta 7 derrotas por ese marcador a la
temporada). Poco a poco los miembros empezaron a tomarse el proyecto
deportivo mas en serio y durante la temporada Gregorio Gómez y Hector se
integraron junto a Wang dentro del club. Esto
motivó al resto de los miembros haciendo que el salto cualitativo fuese
significativo; también influyó en este la ayuda prestada por el club Ateneu
popular la flor de Maig, que colaboró cediendo su local(por falta de
disposición de sala en el club) y entrenando junto a los miembros de Can
Fatjó durante el periodo de copa que por un error en las fechas el equipo
tuvo que disputar en segunda categoría.
En la
segunda temporada oficial del club mejoró el rendimiento, haciéndole luchar
por el ascenso hasta la última jornada de liga, quedando subcampeón de copa,
clasificando a un miembro del club (Isaac Ferreira) por primera vez entre
los 8 mejores jugadores de toda la categoría,y siendo distinguido en la cena
anual por la real federación catalana de tenis
de mesa con una condecoración por la proyección deportiva y dedicación a
este deporte, también fue el 4 jugador con mejor estadística de victorias de
la competición.
La
tercera temporada oficial del club fue un tanto inestable, descolgándose
rápidamente de los puestos de cabeza, y quedándose en mitad de temporada sin
opciones de ascenso, esto generó un estado de desanimo. Esto se unió a la
baja deportiva de Francisco Pérez por una teórica crisis de juego y
resultados. Este último contratiempo hizo plantear un giro en la política
del club. Al ser tan poca gente cualquier problema interno cobraba una mayor
magnitud, después de 3 años sin un proyecto definido era el momento de
plantear el futuro del club. Se planteó un crecimiento en tres partes.
La
primera parte era la estabilización interna, la segunda era la ampliación de
la sección y la tercera la difusión de este deporte así como del pueblo de
Rubí por medio de escuela, publicidad, torneos...
Entre
medio de esta etapa de cambios la temporada continuaba, con la competición
de copa, en la que en las primeras tres jornadas sufrió dos derrotas, cosa
que no ayudó a mejorar la situación. Esto hizo acelerar el contacto con
varios jugadores de cara a reforzar el equipo.
Gracias a una conocida en común Juan Piera
(referente dentro de este deporte, que llegó a militar en segunda
nacional), se puso en contacto y después de plantear la idea de ampliación
decidió ficha por el club esa misma temporada
después de dos temporadas inactivo.
Paralelamente, Carlos Pina (jugador con una muy gran proyección) y David
Montero (compañero de pina con una gran experiencia y curriculum deportivo a
pesar de su juventud), ambos con categoría nacional. contactaron con el
club, y después de un par de conversaciones se involucraron dentro del
proyecto, siendo estos una parte importante.
Para
reforzar el equipo, el club contactó con Carlos Gil, ganador el año anterior
del Open de Barcelona de su categoría.
Entre
medio de tanto movimiento la temporada continuaba y gracias a Juan Piera el
club se clasifica por segundo año consecutivo para la final de copa.
Por
otra parte Adolfo López, consiguió clasificarse entre los 8 mejores
jugadores de la categoría, representando así al club en la fase final
celebrada en la federación catalana.
Como
guinda al pastel, Ramón Billares (jugador refente y antiguo miembro del rubí
bodas) se interesa en el proyecto iniciado y decide fichar por el T.T Can
fatjó.
Todo
proyecto necesita un inicio real, y ese fue el título de Campeón de Copa de
tercera provincial, quizás el primero oficial de muchos.
Actualmente el equipo goza de buena salud deportiva, y sobre todo de un
grupo humano que hace de este club modesto uno de los mas “simpáticos” de la
competición.
Esta
historia no sería completa si no agradeciéramos a las personas no federadas
que complementan la plantilla, y que ayudan al buen funcionamiento del club.
Un agradecimiento especial al club T.T Foment Martinenc por la colaboración
y participación de eventos tales como el primer trofeo popular de la
asociación de Can Fatjó.
A
todos los que nos ayudaron y a todos los que nos ayudaron a crecer:

MOITAS
GRACIAS.
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